TEXTO ARGUMENTATIVO: LA TELEVISIÓN.
La televisión es desde hace unos años (y cada vez más), un elemento social indispensable en la vida de cualquier persona. Tanto es así, que más de un 90% de la población española, afirma ver, al menos una vez al día, la televisión; y esto, en un corto plazo puede resultar preocupante, ya que son muchos menos los que afirman leer, al menos una vez al día, un libro o un periódico (no llega a un 50%). Nadie dice que ver la televisión sea malo, pero sí cuando se convierte en una adicción que ocupa todo nuestro tiempo. El mayor problema de la televisión, es que no se le da el uso que se le debería de dar, es decir, la televisión debería de ser, fundamentalmente, para recibir información y para entretener, y cuando digo entretener, me refiero a entretener de una manera educada y correcta, ya que muchos de los programas que se emiten hoy en día en muchas cadenas de televisión, se limitan a insultar, criticar, manipular al espectador, etc. y, ¿es esto realmente entretener?, no desde mi punto de vista, ya que no encuentro divertido ver cómo dos o más personas se “ponen a parir” delante de miles de espectadores y a discutir sobre temas que carecen de importancia alguna para la sociedad, y que solo sirven para llenarles los bolsillos a los “sin vergüenzas” que salen en ellos. Por otro lado, está la publicidad; cada 20 o 30 minutos, las cadenas creen conveniente hacernos tragar 10 minutos de publicidad; cada vez que intentas ver algo en la televisión, bien sea porque te gusta o porque te interesa, y está a punto de terminar…¡ahí!, es justo entonces cuando aprovechan para poner incluso un cuarto de hora de publicidad, y si no fuera porque tienes un mínimo de interés por lo que estás viendo, tediaran ganas de apagar la televisión e incluso de tirarla por la ventana. Pero ahí no acaba la cosa; ahora en cualquier programa intentan robarnos, y digo robarnos ya que no hay día que no te intenten convencer para que llames o mandes un mensaje a tal sitio, para defender a tal, o apoyar a cual, o cualquier cosa; cualquier cosa con tal de sacarte el dinero. Sin embargo, en algunas ocasiones la televisión puede resultar entretenida e incluso educativa cuando emiten algo que te gusta. Aunque, cuando comienzas a seguir algo, como por ejemplo una serie, y te gusta, disfrutas y te entretienes viéndola, pero cuando ya comienza a resultar aburrida y parece que va a terminar, las cadenas de televisión te amenazan con otras cien mil temporadas. Por último, la televisión, en algunos casos, influye notoriamente en la mentalidad de las personas, e incluso crea una gran adicción, lo que conlleva a distintas enfermedades como la obesidad o en casos muy graves, problemas psicológicos. En conclusión, la televisión puede ser buena en cierto modo, si se utiliza con cabeza y se ve un determinado tiempo, no cinco horas al día, pero hay que tener cierto criterio a la hora de elegir lo que vemos en ella, y por supuesto procurar que no sea una necesidad verla, sino que sea por algo que te interesa.
La televisión es desde hace unos años (y cada vez más), un elemento social indispensable en la vida de cualquier persona. Tanto es así, que más de un 90% de la población española, afirma ver, al menos una vez al día, la televisión; y esto, en un corto plazo puede resultar preocupante, ya que son muchos menos los que afirman leer, al menos una vez al día, un libro o un periódico (no llega a un 50%). Nadie dice que ver la televisión sea malo, pero sí cuando se convierte en una adicción que ocupa todo nuestro tiempo. El mayor problema de la televisión, es que no se le da el uso que se le debería de dar, es decir, la televisión debería de ser, fundamentalmente, para recibir información y para entretener, y cuando digo entretener, me refiero a entretener de una manera educada y correcta, ya que muchos de los programas que se emiten hoy en día en muchas cadenas de televisión, se limitan a insultar, criticar, manipular al espectador, etc. y, ¿es esto realmente entretener?, no desde mi punto de vista, ya que no encuentro divertido ver cómo dos o más personas se “ponen a parir” delante de miles de espectadores y a discutir sobre temas que carecen de importancia alguna para la sociedad, y que solo sirven para llenarles los bolsillos a los “sin vergüenzas” que salen en ellos. Por otro lado, está la publicidad; cada 20 o 30 minutos, las cadenas creen conveniente hacernos tragar 10 minutos de publicidad; cada vez que intentas ver algo en la televisión, bien sea porque te gusta o porque te interesa, y está a punto de terminar…¡ahí!, es justo entonces cuando aprovechan para poner incluso un cuarto de hora de publicidad, y si no fuera porque tienes un mínimo de interés por lo que estás viendo, tediaran ganas de apagar la televisión e incluso de tirarla por la ventana. Pero ahí no acaba la cosa; ahora en cualquier programa intentan robarnos, y digo robarnos ya que no hay día que no te intenten convencer para que llames o mandes un mensaje a tal sitio, para defender a tal, o apoyar a cual, o cualquier cosa; cualquier cosa con tal de sacarte el dinero. Sin embargo, en algunas ocasiones la televisión puede resultar entretenida e incluso educativa cuando emiten algo que te gusta. Aunque, cuando comienzas a seguir algo, como por ejemplo una serie, y te gusta, disfrutas y te entretienes viéndola, pero cuando ya comienza a resultar aburrida y parece que va a terminar, las cadenas de televisión te amenazan con otras cien mil temporadas. Por último, la televisión, en algunos casos, influye notoriamente en la mentalidad de las personas, e incluso crea una gran adicción, lo que conlleva a distintas enfermedades como la obesidad o en casos muy graves, problemas psicológicos. En conclusión, la televisión puede ser buena en cierto modo, si se utiliza con cabeza y se ve un determinado tiempo, no cinco horas al día, pero hay que tener cierto criterio a la hora de elegir lo que vemos en ella, y por supuesto procurar que no sea una necesidad verla, sino que sea por algo que te interesa.
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